En Honduras, el inicio de la década de 1970 se caracteriza por un “reformismo militar” que buscaba atenuar algunas contradicciones sociales. Este periodo trajo consigo una apertura, pero la intensificación de los procesos revolucionarios en Guatemala, El Salvador y Nicaragua, especialmente el triunfo de la Revolución Sandinista en julio de 1979, generaron un nuevo panorama regional, el cual produjo un viraje conservador en Honduras y una respuesta del imperialismo norteamericano que desató conflictos de baja intensidad y guerras civiles.
En el mismo sentido, la década de los 80 se caracterizó por una ola de violencia estatal en diversos países de Latinoamérica, en el marco de la aplicación de la Doctrina de Seguridad Nacional, una macro- teoría militar del Estado y del funcionamiento de la sociedad que fue empleada para legitimar el nuevo militarismo surgido en los años 70 en la región. Esta doctrina tuvo dentro de sus diversos preceptos el anticomunismo, la contra insurgencia y la persecución del “enemigo interno” para evitar la propagación del comunismo[1]. En este contexto se desarrollaron diversos mecanismos represivos[2]
Desaparecieron cientos de personas, de las cuales; muchas nunca se tuvo noticia de su paradero[3]. Tales desapariciones contaban con un patrón similar y sistemático que se iniciaba mediante el secuestro violento de las víctimas. La población consideraba como un hecho público y notorio que los secuestros se perpetraban por agentes militares, policías[4] o por estructuras armadas ilegales con motivación política que actuaban con total impunidad.

Al mismo tiempo, el territorio hondureño fue puesto al servicio de la «guerra de Reagan en Centroamérica». Honduras se convirtió en el centro de operaciones de la cruzada anticomunista del Departamento de Estado y la CIA en la región. Se produjeron ejercicios militares de tropas norteamericanas, fueron creados centros de entrenamiento y comenzaron a operar bases clandestinas de «La Contra».
De acuerdo con estudiosos del período:
«Honduras [se convirtió] en un actor central para los intereses hemisféricos norteamericanos. No sólo funcionaria de base militar y de entrenamiento para el desarrollo de las políticas de contrainsurgencia sino que «Honduras [se convirtió] en un actor central para los intereses hemisféricos norteamericanos. No sólo funcionaria de base militar y de entrenamiento para el desarrollo de las políticas de contrainsurgencia sino que se convertiría en una frontera ideológica y geográfica a los movimientos revolucionarios.» [1]
El país fue convertido en “una plataforma para las políticas de contrainsurgencia, recibiría de Estados Unidos un presupuesto jamás obtenido en la historia de ese país. La ayuda militar se disparó de U$S 3,9 millones en 1980 a U$S 77,5 millones en 1984 reduciéndose en 1989 a U$S 41,1 millones, a U$S 2,7 millones en 1993 y a sólo U$S 425.000 en 1997”[2].

Sin embargo, el presupuesto oficial del gobierno de EE.UU. no sería el único financiamiento, existían también operaciones clandestinas llevadas a cabo por la CIA, estas últimas terminaron involucrando a carteles de la droga. De acuerdo con investigación periodística de la época, luego confirmada por documentación desclasificada del gobierno norteamericano:
“funcionarios de la administración Reagan toleraron la narcotráfico siempre y cuando los peritos se desmarcón a la contra. En 1989, el Subcomité Senatorial de Terrorismo, Narcóticos y Operaciones Internacionales (el comité Kerry) concluyó una investigación de tres años afirmando: «Hiyó pruebas sustanciales de contrabando de drogas por parte de las contras individuales, proveedores de contra pilotos, contra mercenarios, que trabajaron con los contrarres y partidarios de la contra en toda la región.”[3]
Es de esta forma como, en el contexto de la lucha anticomunista y la implementación de la Doctrina de Seguridad Nacional, se comienzan a tejer las profundas redes del narco-militarismo y la narco política en Honduras.
Video recomendado
Documental de Bill Moyers para la Televisión Pública «Secret Government» (El Gobierno Secreto) Ganador de un premio Emmy en 1988 a documental noticioso.
Con el trasfondo de las audiencias por el caso Irán-Contras, el documental aborda el funcionamiento de un gobierno secreto y la existencia de operaciones encubiertas de la CIA en otros países, la construcción de la doctrina de la seguridad nacional y la lógica de la guerra fría. Los golpes de la CIA en Irán y Guatemala en la década de 1950, la invasión de Cuba y la relación con la mafia. Luego pasa las guerras sucias en Vietnam y Laos, para luego abordar el golpe en Chile, Watergate y regresar a Irán-Contras.
Doblado al español por Canal 8, voz e imagen oficial del Gobierno de la Refundación, Televisión Pública de Honduras.
Referencias
[1] Fenómeno que ocurrió de forma más acentuada en las dictaduras militares en el Cono Sur, pero también se dio bajo algunos gobiernos originados en las urnas como el caso de Honduras.
[2] Congreso Nacional. (1982). Decreto Legislativo No. 33-1982 conocido como “Ley Antiterrorista”, en la que fue establecida la pena máxima de prisión para quienes fueran identificados como personas que ‘delinquen en contra de la seguridad del Estado’.
[3] Comisionado Nacional de los Derechos Humanos. (1994). Los hechos hablan por sí mismos, Informe preliminar sobre los desaparecidos en Honduras 1980-1993. Pág. 16.
[4] Corte Interamericana de Derechos Humanos. (29 de julio de 1988). Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Pág. 28-30.
[1] Esteban De Gori (2009). Honduras: políticas de contrainsurgencia, doctrina de la seguridad nacional y democracia. XXVII Congreso de la Asociación Latinoamericana de Sociología. VIII Jornadas de Sociología de la Universidad de Buenos Aires. Asociación Latinoamericana de Sociología, Buenos Aires. Dirección estable: https://www.aacademica.org/000-062/2241 P. 8
[2] Íbid P. 10
[3] La CIA, los contras, las pandillas y el crack

